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HISTORIA DE SOMIEDO

HISTORIA DE SOMIEDO Una vez yo estaba en Somiedo, jugando por los bosques con una pelota. Entonces se me escapó y tuve que ir a buscarla, pero sin darme cuenta la pelota se me fue a un bosque que había por ahí, así que me adrenté en el bosque, era mi pelota preferida y tenía que ir a por ella, tanto si quería como si no quería. Oí un ruido y me asusté mucho, el ruido parecía el de un lobo muerto de hambre Pensé: "No me debo asustar porque si no seré una miedica."

Unos minutos después me encontré con un lobo y… claro tienes miedo como si te fueran a poner tu primera vacuna. Yo le dije:

- ¡Tranquilo no te haré daño, tengo comida y te daré un poco!

Yo no sabia que los lobos podían hablar según un señor llamado: Strafus. Yo me di cuenta de que estaba herido por una flecha que le atravesaba una pata yo me había caído de un tronco bastante grande y me había retorcido un pie, entonces hice una hoguera para calentarme un poco y el pobre lobo era loba, al cabo de un rato fui a dar una vuelta y la loba había tenido unos cachorros – Yo dije:

-¡Son preciosos!

Después dejé los cachorros con su madre y escribí un poco en un diario que dentro de poco se convertiría en un libro. Ahora no tenía más remedio que empezar a acostumbrarme a vivir con ellos, pero mis padres estarían muy preocupados y no quería que pasara eso. Tuve que irme, pero preocupada porque esa loba pronto tendría que morir y sus cachorros también morirían. Entonces tuve que quitárselo, sin pensarlo se lo quité y se recuperó y yo también me recuperé. Me fui con la pelota y volví a casa.

 

BEATRIZ PAZOS 

TERROR EN SOMIEDO

TERROR EN SOMIEDO

Íbamos a pasar unos días en Saliencia, estábamos seguros de que nos iba a encantar. Ya estábamos allí y nada más llegar fuimos a la Magdalena, nos sentíamos muy felices pero ese momento duró poco, un toro bravo se acercaba a nosotros, nos refugiamos en una roca pero desgraciadamente pilló a José, un niño que conocimos allí. Vimos cómo gritaba. Los profesores hicieron lo que pudieron, pero nada pudo impedir que se lo llevara.

Al llegar al albergue estábamos todos asustados y sus mejores amigos llorando, no del todo recuperados y haciendo bromas para disimular.

Al día siguiente nos adentramos en la montaña, pero mientras Segundo estaba explicando no sé qué del roble, exclamé:

-¡Eh! ¿Dónde están Fran, Adrián y Ángela?

Enseguida los demás se dieron cuenta de que no estaban (volvimos al albergue). En mi diario conté que últimamente estaban pasando cosas muy extrañas.

El tercer día me daba mucho terror, porque no estamos a salvo en el albergue ni mucho menos fuera de él, ya que ayer al llegar de la excursión desapareció Marta.

Bueno, como decía, hoy vamos a visitar unos teitos y de de repente se cerró la puerta (estábamos a oscuras y aparecieron murciélagos, por fin se abrió la puerta pero…encontramos restos de sangre por el suelo. Yo quería marchar, pero todavía no había acabado nuestra estancia en el albergue. Los que sabían el número de teléfono de un autobús se marcharon, pero los demás no. Poco a poco fue desapareciendo gente y a mí me preocupaba, pero por fin llegó el día, el autobús vino a recogernos. A la mitad del camino, el autobús se paró. ¿Qué pasaba? ¿Dónde estaba el conductor? ¿Sería el fin de nuestra vida?

PERDIDOS EN SALIENCIA

PERDIDOS EN SALIENCIA

Yo y mi clase fuimos a Saliencia de excursión. Estábamos subiendo por la Braña de la Mortera, hubo un derrumbamiento que bajaba por la montaña y los niños empezamos a correr, pero dejamos atrás a los profesores a los que le pillo la avalancha. Cuándo termino la avalancha, el camino se fue derrumbando poco a poco y el camino nos pillo y caímos en un hayedo.

Cuando estábamos cayendo, exclamé:

-¡Me voy a matar!.

Y buena razón que tenía, no me maté, pero casi rompo el pescuezo y las piernas, aunque seguía vivo. Algunos de mis compañeros se hicieron algunas heridas como Enol en la pierna y Dani en el brazo, pero había muchos árboles y no nos podíamos parar y decidimos ir al este.

De momento iba muy bien hasta que oímos algo que se movía. De repente nos disparó, pero al ver que éramos unos niños perdidos disparó mal. Era un pastor que pensaba que éramos unos lobos que queríamos atacar a sus ovejas. Nos dijo que fuésemos a su casa, que allí había teléfono y cuando llegamos su casa estaba recubierta de nieve y por la montaña bajaba otra avalancha que venía directa hacia nosotros, pero pudimos escapar.

Contamos a los niños que quedábamos, no faltaba nadie y seguimos por el camino hasta que vino la niebla. Salimos de la niebla y faltaba el pastor. Cuando se quitó la niebla, nos pegó el sol, vimos a Saliencia de lejos y fuimos corriendo a ver a nuestros padres que nos esperaban todos juntos, aunque mi madre casi me mata del abrazo, pero estaba feliz.

EL BOSQUE TERRORÍFICO

EL BOSQUE TERRORÍFICO

 

Unos jóvenes que iban a Somiedo de excursión llamados Daniel, Iván, Illán, Alberto, Carlos y Enol. Fueron al bosque porque habían alquilado una cabaña, cuando llegaron dejaron las cosas y se fueron al bosque pero un anciano les dijo:

-Tened cuidado que por aquí acechan peligros inimaginables.
Una vez en el bosque se encontraron con un oso herido y con el botiquín que no se despegaban de él. Curaron al oso y el oso se fue corriendo para salir de él. Más tarde, mientras caminaban, se encontraron con un agujero en el suelo. Todos cayeron, pero Enol y Alberto cayeron los primeros y dijeron:

-¿Por qué siempre nos toca caer. ¡Socorro, que nos aplastáis!

Cuando nos levantamos, Alberto y Enol estaban aplastados y Carlos descubrió que había una cueva. Cuando entramos, descubrimos un laboratorio en el que hacían mutaciones genéticas con las personas y animales. Alberto e Iván dijeron:
-¡Qué pasote, chaval!

Cuando terminaron de hablar, Enol como siempre la fastidió pisando una trampa. Más tarde llegó un hombre científico que dijo:
-No os preocupéis, pronto el mundo entero estará acabado.
Y Enol le contestó:
-Vete, cara culo.
Pero Enol otra vez nos hizo pasarlo  mal porque el científico pulsó un botón y abrió una trampilla donde había tiburones y la red bajaba cada vez más y más hasta que Daniel usó una cuchilla que le dio Enol y pudieron salir. Cuando salimos por una puerta secreta encontramos al científico en la cabaña,  Enol cortó una cuerda con los dientes, unas sartenes cayeron  encima del científico y Daniel desenmascaró al científico y resulta que era el anciano de la cabaña. Después sonó un ruido que venia del bosque, Enol y Alberto se quedaron en la cabaña vigilando al anciano. Una vez en el bosque fuimos al laboratorio y resulta que estaba destrozado. Illán dijo:
-¡Eh, chicos aquí, hay una cápsula, resulta que en la cápsula ponía "Experimento 500, llamado Segador".
Carlos se preguntó:
-¿Segador?.

Cuando volvimos ala cabaña, Alberto y Enol no estaban habían desaparecido, Unos minutos más tarde escuchamos una voz que venía del armario, era una grabadora con una televisión, en la que el científico estaba diciendo notas de cuando estaba creando al Segador. Todos dijeron:
-¡Qué asqueroso, tío!

Luego, cuando terminó el vídeo, pusieron una dirección y fuimos allí, era en el pueblo de Somiedo. Llamamos y salió un hombre que dijo:
-Pasad, no os preocupéis.
Cuando entramos, nos tendieron una trampa, era donde estaban el Segador, Enol, Alberto y el científico. El científico dijo:
-Ahora os tengo, malditos críos insolentes. Quieto, Segador, cógele la navaja, pero que...  ¡ay!

Daniel dijo:
-Toma esa, científico de pacotilla. Chicos, ya podéis salir, vámonos, corred.
El segador impidió el paso, pero Alberto y Enol le embistieron en toda la barriga, lo traspasaron y cogieron un cubo de agua, se la echaron. Entonces Daniel le pegó unos golpes que le dejaron cao, gracias a la señal de radio del laboratorio del científico pudimos salvar al pueblo, cuando la policía se llevaba al científico él decía:

-Malditos críos, si no hubiera sido por vosotros lo habría conseguido. ¡Maldita sea, me las pagaréis!

 

 

FIN

So, miedo

Hola, me llamo Björn y soy de Caunedo. Yo soy una persona normal y corriente pero yo sí que sé por qué Somiedo se llama así. Dicen que es una leyenda, pero yo sigo sin creérmelo. La “leyenda” que dicen que: “Cuando el caballo de Santiago llegó y subió hasta un monte de Babia, vio aquel pueblo del fondo y dijo:

-So miedo-”

¿Por qué lo digo?, leed mi historia:

Una noche de octubre del 1964 me había perdido en bosque. Cuando empezó a amanecer vi entre las hojas caídas de otoño a una vieja paralítica (llevaba un cúter), tuerta y en silla de ruedas que hablaba en voz baja como un zombi que decía:

-Moriraaaaaaaaaaaaaaaas, morirás.

Y yo le respondí tartamudeando:

-¿Qui, qui, quién eres?

Cuando se lo pregunté, empezó a gruñir.

Yo salí corriendo. Cuando menos me lo esperé, me había roto una pierna y estaba tirado en el fondo de un hoyo muy profundo.

Oía una risa maliciosa y veía en el suelo a la vieja con el cuter. La sonrisa también era de la vieja que me quería matar.

Me estaba amenazando de muerte por atreverme a hablarle.

Desde luego estaba loca. Pero lo peor es que tenía miedo a una mujer.

Finalmente, se le curó la parálisis, me lanzó el cúter y me mató.

HISTORIA DE SO-MIEDO

HISTORIA DE SO-MIEDO

Éramos dos niños súperagentes, nos perdimos en el bosque del valle porque unos furtivos estaban tirando tiros con escopeta a los osos y, como los ayudamos, los furtivos vinieron a por nosotros. Nos perdimos, nos subimos a la montaña que alimenta de agua al lago Negro, pasamos allí la noche, pero cuando nos despertamos, estábamos atados a una cuerda.

Illán llevaba una navaja. Cortamos la cuerda disimuladamente y marchamos a toda velocidad. Fuimos a la Magdalena, una pradera, nos metimos en los “corros” unos teitos o cabañas, pero de piedra y más pequeños. Luego nos metimos en un túnel oscuro y salimos a Belmonte de Miranda, fuimos a coger un barco … Llegamos a Saliencia y fuimos a la Calzada Romana, la subimos entera y nos metimos entre las vacas. Subimos a un roble para mirar dónde estaba el bosque caducifolio. Lo vimos.

Dijo Illán:

-¡Peeeeeeeeero eso está muy lejos!

Luego dijo Carlos: 

-Están más cerca los lagos MINA, CERVERIZ, NEGRO Y LAGO DEL VALLE.

Después, el guía que se llamaba Roberto, dijo:

-No os preocupéis, tampoco está tan lejos.

Illán dice en voz baja:

-Claro, como tú estás acostumbrado a caminar, dices eso.

El bosque de amigos

El bosque de amigos

Lugar: Parque natural de Somiedo.

Personajes: Yo como protagonista y animales como secundarios y otros.

Una vez, habrá 3 años, me fui a Somiedo, el coche se caló y salimos todos. Yo fui a investigar y me perdí en un bosque. No sabía por dónde ir. Se hizo de noche y todos los animales me miraban, y se preguntaban qué hacía allí. Me preguntaban y yo no les sabía contestar. Entonces salió un lobo con pelo largo, como las ovejas, ojos verdes como la hierba, y corría un montón. Me quería escapar, pero él me cogió, después me caí al suelo, me desperté y dije:

-¿Dónde estoy?

Y en ese mismo instante, vino un avión y se estrelló. Jorge, mi gran amigo y compañero, estaba en ese mismo avión, Jorge tenía una novia hawaiana, se llamaba Jennifer, era rubia, con ojos azules. El animal me quería decir que un avión iría para Candás (Asturias), Jorge dijo asustado:

-¿Nos vamos ya? Tengo hambre,

Nos fuimos a buscar comida. Entonces salió Alba, una vieja compañera de clase, nos asustamos mucho al ver lo que había cambiado, era morena, con ojos de color miel. Ella sabía dónde había comída. Fuimos a aquel sitio, era raro pero al menos tenía comida, ella nos contó cómo llego aquí, era igual que yo perdiéndose. Al final, todos regresamos a Candás.

Tres días en Somiedo

-Lugar: Parque Natural de Somiedo.

-Personajes: Yo, Madeline, una serpiente y un perro.

Madeline y yo nos habíamos perdido en el bosque. Madeline, exclamó:

-Tengo miedo a la oscuridad.

Yo dije para tranquilizarla:

-Tranquila, me voy a poner a frotar piedras para encender fuego. Voy a buscar piedras.

-Espera, voy contigo -dijo ella asustada.

Mientras que íbamos caminando, nos encontramos con un cartel que ponía:

-Tic, tac, Madeline esta noche morirás.

Por suerte Madeline era pequeña y no sabía leer.
Cuando encontramos la piedras, encendimos el fuego.
Al siguiente día vimos una serpiente cuando íbamos a buscar palos y piedras.
Vimos a un conejo que traía una hoja con un mensaje:

-Tic, tac, Madeline, esta noche morirás.

Cuando encontramos los palos y dos piedras, volvimos al lugar donde dormíamos. Cuando Madeline se durmió, yo hice lo mismo enseguida. Al tercer día fuimos otra vez a buscar los materiales para hacer fuego. Vimos otra vez el cartel que ponía:

-Tic, tac, Madeline esta noche morirás.

Luego jugamos un poco y cuando eran las 23:00 nos dormimos. Al día siguiente Madeline no estaba. Donde había dormido Madeline había una nota que ponía:

-Mírate al espejo a las 24:00 y Madeline resucitará.

En Somiedo

En Somiedo hay unas guías que se llaman Andrea y Bea. Andrea y Bea estaban hablando. Marta, Sara, Carla, Carlos, Iván y yo saltamos en el lago Negro, pero no morimos. Todos los demás se metieron en un bosque y se perdieron. Los profesores fueron a buscarlos. Yo y Marta los fuimos a buscar. Ellos gritaban:

-¡Socorro!

Yo les fui a buscar. Manuel e  Illán murieron y jamás se les volvió a ver.

En el bosque vimos a unos cuantos animales como la marta y el buitre. Nos fuimos a comer tan tranquilos como si no hubiera pasado nada.  Los profesores fueron a un bar que había cerca . Enol exclamó:

-¡Yo quiero tomar copitas para emborracharme!

Yo, en el bar, con los profesores, oí un grito diciendo:

-!Soooocorroooo!

Fui a ver lo que pasaba, vi a una mujer con un gato con pelos de loca, llevaba pelo gris con una falda y con una estaca en el corazón. Había solo un hombre sospechoso. Chema decía que iba a dar una vuelta y precisamente podía haber matado a la mujer. Al día siguiente fui a hablar con el detective Afarrompo Porro. Me dijo que la mujer se llamaba Lucía Pérez . Descubrí quién era, no me lo esperaba, era el detective y se lo llevó el FBI. Luego vinimos a Candás, nos lo pasamos muy bien. Fin

Perdidos en El Bosque

 

Yo me llamo Carlos, el verano pasado, cuando fui de vacaciones con mis padres, lo pasÉ muy mal porque fui a Somiedo y me perdí, me perdí en un bosque de hayas. El bosque era muy oscuro, tan oscuro como la noche y aquello era como meterse en un laberinto.

Allí, en el bosque de hayas me encontré con animales muy bonitos y todo era precioso, pero lo que no me pareció tan precioso fue que un día intentando salir del bosque se me hizo de noche y me encontré con una capa mágica.

Yo le pregunte asustadizo:

-¿Quién eres?

Él respondió enfadado:

-Yo soy el guardián del bosque, si entras más para dentro del bosque encontrarás a unos fantasmas que te chuparán el alma.

Yo le dije con valentía:

-Eso es mentira, yo sí me atrevo a entrar ahí donde dices que hay fantasmas.

Yo penetré en el bosque y, de repente, vino un fantasma y me chupó el alma, pero no me había matado porque la capa mágica me dio un "anti-chupa-almas". Quedé inconsciente una media hora y el fantasma pensó que estaba muerto. pero no lo estaba. Pasó la media hora y los fantasmas se fueron.

-¡Dime ya por donde es la salida! -le dije a la capa mágica.

Ella me dijo:

-Por ahí.

Ahí estaban mis padres, yo pensaba que había pasado una semana, pero en realidad sólo había pasado media hora.

Les dije muy convencido a mi padre y a mi madre:

-Yo no vuelvo a Somiedo

GUÍA DE MUSEO

Yo me llamo Marta, tengo 24 años, soy la guía del museo de Somiedo, guío a los visitantes que vienen al museo. Por dentro está muy decorado, hay fotos de animales, de lo que hacían en Somiedo…..Hay una caja fuerte, os voy a decir la contraseña: 139473758 Ésa es la contraseña, en ella tenemos… Al lado de la entrada tenemos un botón rojo, si aprietas suenan las alarmas. También tenemos un robot, está programado para por la noche vigilar que no entren ni la gente ni delincuentes. Cerramos muy bien, cerramos con verjas, cerraduras… De noche, antes de irme a mi casa, voy a tomar unas copitas con miscompañeros de trabajo a un bar con discoteca y, claro, como todos los días voy a ese bar, llego a mi casa, caigo por las escaleras.

-¡Ojalá hubiera ascensor!

Al día siguiente, me levanté con mucho sueño, tomé una taza de leche, al ir al museo se nos caía la baba de sueño. Rin, rin, rin, sonaba el teléfono. Marta lo cogió. Y decían que habían encontrado a un oso pardo, hicieron una jaula grande y le daban de comer, de beber, y al final tuvo un hijo que lo llamamos Llaki. FIN

MI HISTORIA DE MIEDO

Era un día soleado cuando yo iba caminando por el bosque y oí unos pasos fuertes entre los arbustos. Oí unos rugidos y delante de nuestro camino apareció un oso diablo.

-¡Hay que huir! -exclamó Enol.

Fuimos en sentido contrario al que iba nuestro grupo, luego apareció otra de esas manadas de oso diablo y Enol y yo nos paramos fuera del camino, salimos de la cuneta y fuimos en busca de nuestros compañeros. Había otro grupo que tomó un desvío. Fuimos por ahí y nos perdimos, fuimos a por el grupo equivocado,

-¡Los encontramos! -exclamamos Enol y yo ala vez.

-¡Eh, no son los nuestros! -dije yo decepcionado.

-Pues claro que no somos los nuestros, nosotros no os conocemos de nada.

-Eso, eso -dijeron los otros niños enfadados.

-Vale -dijimos nosotros dos.

-Enol, el otro camino -le dije yo.

Tomamos el camino que creímos que era. Cuando andamos un buen cacho, vimos unas luces y unos teitos y un montón de hombres raros. Era una ciudad caníbal, los caníbales empezaron a decir unas palabras raras y empezó a temblar todo el bosque. Apareció una casa gigante con patas y boca.

-Tenemos que huir -gritó Enol exasperado.

Huimos, vimos el desvío por el que habíamos llegado a todo esto.

-¿Seguimos de frente o no? .gritamos exasperados-.

-Tenemos que dar la vuelta. no hay tiempo, la tenemos encima -dijo Enol.

Luego se cayó un árbol en nuestro camino, nosotros nos libramos, pero la casa no, le cayó el árbol encima. Nos caímos a un precipicio y caímos justo a la puerta del albergue. Ya estaban todos cenando y al fin nos salvamos.

PERDIDOS EN SALIENCIA

PERDIDOS EN SALIENCIA

Hola, mi nombre es Sara y nos han regalado a nuestra clase y a la otra, un viaje a Saliencia. Toda la clase estaba muy nerviosa porque marchábamos hoy. Cuando llegó el autobús para llevarnos a Saliencia, todos empezamos a gritar como locos. El viaje fue largo. Cuando llegamos a Saliencia, nos llevaron a la ruta de la Mesa. Paramos en un hayedo muy grande y nos dispersamos. Cuando miramos atrás, nos habíamos dado cuenta de que nos habíamos perdido en aquel hayedo tan grande como un rascacielos.

-¡Que miedo!-Exclamó Carla temblando.

Entonces yo les dije a las dos clases:

- ¡Vamos a caminar, igual encontramos a alguien que nos ayude!-

Algunos niños decían que iba a ser una aventura, pero Carla, Elena, Loreto, Alba y yo temblábamos de miedo sólo de pensar que teníamos que caminar por allí para perdernos todavía más de lo que estábamos ya.

De repente, Illán y Carlos nos dijeron:

-Caminad, sois más lentas que una tortuga.

Nosotras nos cabreamos y corrimos delante de ellos y les hicimos una burla, estuvimos hablando entre nosotros. Cuando nos dimos cuenta, habíamos llegado a un pequeño teito en medio del bosque, picamos a la puerta y vimos a una ancianita que nos invitó a entrar y comer, le contamos lo que nos había pasado y nos dejó llamar a los profesores. Cuando encontramos a los profesores, corrimos hacia ellos. Nos quedamos otro día más. Cuando volvimos, se lo contamos a nuestros padres, algunos decían que estábamos locos, otros decían que nos faltaba un tornillo. Pero la mayoría de los padres nos dijeron que teníamos una imaginación como un tren. Pero nosotros sabíamos que era verdad.

Mi Historia de Miedo

Recordaré siempre aquellos días que pasamos en Somiedo. Mis compañeros y yo fuimos con el profesor todo un mes a Saliencia. Teníamos que ir a una escuela antigua. Yo salí de la clase y sentí un fantasma con un cuchillo manchado de sangre. Cuando corría, él venía detrás de mí y cuando paraba él seguía. Me escondí en el baño, él entró y miro todo, pero no vio que yo estaba colgado en el techo, me había subido con una cuerda que encontré. También había un vampiro que chupaba la sangre y corría por el colegio mucho, me persiguió y caí al suelo. Entonces dijo:

-Oye niño, te voy a matar y te chuparé la sangre.

Yo me hice el muerto y él me movía y no sabía que yo no estaba muerto, sólo estaba conteniendo la respiración.

Él fue al baño y yo escapé. Entonces gritó:

-¡Prepárate niño, voy a por ti!

Historia de Saliencia

Historia de Saliencia

Estaba yo en Saliencia, un pueblo de Somiedo. Salimos del albergue hacia un bosque de hayas. Era por la tarde, yo me perdí metiéndome por un camino muy estrecho. Poco a poco se iba haciendo de noche, era una noche fría y oscura, muy oscura.Casi no había luz cuando oí un lobo, yo muerta de miedo me tapé. Después, cuando ya había pasado un tiempo, oí otra voz que decía:

-Ayuda, ayúdenme.

Salí rápidamente hacia el sitio de donde venía la voz , a lo lejos se vi un señor al que un lobo estaba atacando a una de sus vacas roxas. Yo le pregunte:

-¿Por qué ataca a esa vaca y no a otra? –en voz baja claro para aquel lobo no me oyera y no me atacara.

Pero no sabéis lo que pasó, aquel lobo era un perro con cara de lobo y el que parecía un pastor era un asesino , me tendieron una trampa. Él quería matar, pero yo hube que echarme a correr rápidamente. Vi un teito, piqué a la puerta y un señor me abrió. Él me ofreció quedarme a dormir, pero al día siguiente tenía que irme.

Yo le contesté:

-Vale, muy bien, mañana me voy –le respondí con voz temblorosa.

Él me contestó:

-Muy bien, trato hecho.

Al día siguiente salí hacia el alberque y me encontré con mis compañeros.

 

HISTORIA DE SOMIEDO.

HISTORIA DE SOMIEDO.

Lugar: Parque natural de Somiedo.

Personajes: Yo como protagonistas, dos animales, y una amiga que se llama Beatriz.

Un día iba a buscar a mi amiga Beatriz y de repente me pierdo por grandes árboles de hayedos. Me encontré con un oso muy grande y me quería comer, pero me acerqué a él, lo acaricié y me hice amiga de él y no me hacía nada. Después con un ciervo también me hice amiga de él y me llevaron hasta donde estaba mi amiga Beatriz. Volvimos, pero yo y Beatriz nos perdimos de nuevo. Le dije:

-No te preocupes, fui dejando pasas por el suelo.

  Y dijo Beatriz:

-¿No las comerían?

-No, tranquila -dije- Mira, ya estamos llegando.

Beatriz dijo:

-Es verdad.

Y al final salimos del terror y fuimos con los profesores. Ya no pasó nada más y nos fuimos. Cuando nos subimos, dijo Beatriz:

-No iré a ningún sitio más de estos.