TERROR EN SOMIEDO
Íbamos a pasar unos días en Saliencia, estábamos seguros de que nos iba a encantar. Ya estábamos allí y nada más llegar fuimos a la Magdalena, nos sentíamos muy felices pero ese momento duró poco, un toro bravo se acercaba a nosotros, nos refugiamos en una roca pero desgraciadamente pilló a José, un niño que conocimos allí. Vimos cómo gritaba. Los profesores hicieron lo que pudieron, pero nada pudo impedir que se lo llevara.
Al llegar al albergue estábamos todos asustados y sus mejores amigos llorando, no del todo recuperados y haciendo bromas para disimular.
Al día siguiente nos adentramos en la montaña, pero mientras Segundo estaba explicando no sé qué del roble, exclamé:
-¡Eh! ¿Dónde están Fran, Adrián y Ángela?
Enseguida los demás se dieron cuenta de que no estaban (volvimos al albergue). En mi diario conté que últimamente estaban pasando cosas muy extrañas.
El tercer día me daba mucho terror, porque no estamos a salvo en el albergue ni mucho menos fuera de él, ya que ayer al llegar de la excursión desapareció Marta.
Bueno, como decía, hoy vamos a visitar unos teitos y de de repente se cerró la puerta (estábamos a oscuras y aparecieron murciélagos, por fin se abrió la puerta pero…encontramos restos de sangre por el suelo. Yo quería marchar, pero todavía no había acabado nuestra estancia en el albergue. Los que sabían el número de teléfono de un autobús se marcharon, pero los demás no. Poco a poco fue desapareciendo gente y a mí me preocupaba, pero por fin llegó el día, el autobús vino a recogernos. A la mitad del camino, el autobús se paró. ¿Qué pasaba? ¿Dónde estaba el conductor? ¿Sería el fin de nuestra vida?
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